Cultivar plantas nativas a escala, propuesta para ponerlas en valor y reivindicar sus variados usos

José Radins (*), docente, investigador y naturalista, creó el blog “Flora nativa de Misiones” para evitar que las más de 3.400 especies (del monte) que son medicinales, alimenticias, textiles, maderables, ornamentales y otras, caigan en el olvido. El experto propone llevarlas a niveles de producción rentable, con el apoyo de los organismos públicos, como medida para evitar su extinción. Dicho de otro modo: impulsa hacer de la flora nativa una fuente que genere empleo y renta para las y los misioneros.

Paranaense (P). Flora de Misiones. Así se llama el espacio on line que habilitó. ¿Cuál es la finalidad de este espacio?

José Radins (JR).  La finalidad es dar a conocer las especies de flora que tenemos en Misiones, debido a que hay un gran desconocimiento, un gran vacío en ese aspecto. Hay mucho material disperso, publicaciones fragmentadas. Entonces la idea fue concentrar ese tema en un blog, con imágenes, texto y distribución geográfica, e ir ampliando la información con la descripción y usos, con el potencial de cada especie.

Tenemos más de 3.400 especies de plantas nativas en Misiones, cifra que, por supuesto, dificulta la actualización de datos en el blog, sumado a que hay muchos nombres científicos y agrupaciones de familias que van cambiando a medida que se hacen investigaciones a nivel de genética molecular.

P. ¿Cuál es el valor que le asignamos los y las misioneras a la flora nativa?

JR. Nuestra flora se destaca por el valor alimenticio y medicinal, fundamentalmente las especies que los guaraníes vienen utilizando, hace cientos de años, con una perspectiva nutricional y espiritual.

Los inmigrantes y mestizos incorporaron esas especies y fueron agregando otras que trajeron de sus países de origen, lo que explica por qué tenemos tantas exóticas, lo cual, dependiendo de cómo se lo mire, puede ser enriquecedor o constituir un problema cuando se trata de especies invasoras, que desplazan a las nativas y ocupan su lugar, como la oveña, el pasto estrella o el pasto elefante.

Tenemos un abanico enorme de plantas frutales, más de 100 especies que pueden consumirse (entre ellas guavira, yabuticaba, ubajay, pitanga y cerella ) ya sea como fruta fresca o procesada. Es un potencial que no está explotado porque no hay cultivo prácticamente de especies nativas frutales. Es muy poco lo que se hace … La mayor parte de lo que se consume proviene de extracción del ambiente natural, de árboles que crecen al lado de la casa, de una o dos plantas cultivadas para consumir o por una cuestión nostálgica, familiar, pero nadie se dedica al cultivo de grandes extensiones, por ejemplo, de guayaba, pacurí, ingá, ambay -que tienen propiedades medicinales, pero también frutos comestibles- y otras especies con las que se podrían obtener subproductos.

Hay unas 100 especies en la provincia que son comestibles.

Tenemos plantas que no solo son comestibles por sus frutos sino también por sus brotes, raíces o que se pueden procesar sus troncos, como el jacaratiá o mamón de monte.

En Brasil se habla mucho de plantas alimenticias no convencionales.

Hay que tener en cuenta que además de las especies alimenticias y medicinales, hay especies que son tóxicas, ya sea para el ser humano o para los animales. Por ejemplo, los guaraníes usan una enredadera para reducir la cantidad de oxígeno en el agua y de esa manera capturar los peces cuando comienzan a flotar. Después hay especies con algunos componentes peligrosos, como por ejemplo el guaembé que tiene cristales de oxalato cálcico, que pueden impedir que ingrese el aire a los pulmones.

No podemos dejar de mencionar los usos maderables de nuestra flora (cedro, cañafístola, loro, guayubira, anchico, canela), con más de 300 especies de árboles de las cuales muchas proveen excelente madera para diferentes usos.

Tenemos plantas aromáticas y de uso textil (pindó, la urticácea Urera baccifera, Bromelia balansae), entre otros usos reales y potenciales.

P. ¿Cómo se puede medir la importancia cultural, social y económica de la flora nativa para quienes viven en este territorio?

JR. Eso depende de qué lugar habitamos y cuál es el interés de la persona en particular. Hay especies que son propias de un lugar, como la Araucaria en San Pedro y Bernardo de Irigoyen, una planta muy importante para los pueblos originarios, cuyo fruto es el piñón, con el que se puede elaborar un montón de subproductos.

Hay un montón de variables que deberíamos analizar para determinar por ejemplo qué especies son las más relevantes según el lugar de Misiones.

P. -Si hay que definir en pocas líneas la importancia ambiental de esas 3400 especies de flora nativa, ¿qué diría?

JR. Cada especie tiene su importancia, dado que llegó a través de un proceso evolutivo hasta nuestros tiempos. Es decir, cada especie de por sí tiene un valor importante para el ecosistema, y tiene conexiones con otras especies de la flora y también de la fauna con las que interactúa, además de cubrir el suelo evitando la erosión, tener potencial en relación a su composición química y un rol en el ciclo del agua, entre otras cosas.

Tenemos que impulsar más investigaciones para conocer a ciencia cierta esos valores, esas potencialidades.

P. ¿Hay especies que están en riesgo? ¿Cuáles? ¿Qué debemos hacer para protegerlas?

JR. Día a día se va reduciendo más la cantidad de ambientes naturales debido a la actividad extractiva, al cambio del uso del suelo, al crecimiento de las ciudades, a la ampliación de vías de accesos. Por ejemplo, en el Sur de Misiones, con el aumento de la cota de la represa Yacyretá, desaparecieron muchas especies de ambientes costeros.

Todo eso hace que se vaya reduciendo el abanico de posibilidades de uso que tenemos con la flora nativa.

Por eso es importante poner en valor estas especies, y cultivarlas, porque si bien hay lugares donde es determinada especie es abundante, si ocurre algún cambio en el ambiente, se pierde, pero si está bajo cultivo, se pueden salvar ejemplares o poblaciones.

Hay muchos espacios en Misiones donde se puede realizar cultivos. Deberían haber fondos para impulsar esto y las instituciones involucradas con lo productivo, como el Ministerio del Agro, el INTA, la Biofábrica, Agricultura Familiar, podrían poner en valor este tema, además de continuar con los cultivos tradicionales como la yerba, mandioca, tabaco, y otros.

Especies en riesgo, en peligro, hay en toda la provincia. Hay varios trabajos de investigación, entre esos los de Héctor Keler que al relevar ambientes identifica gran cantidad de especies que son endémicas, es decir que están asociadas únicamente a estos hábitats, y no están en ningún otro lugar del país o del mundo. Y están en grave peligro de desaparecer cuando se modifiquen la composición o se transformen sus ambientes, por el uso de fuego, por ganadería, agricultura u otro uso.

En otros casos la falta de manejo del ecosistema puede ocasionar una transformación y continuar con una sucesión secundaria iniciada. Por ejemplo, un caso es el de Campo San Juan, ecosistema de campo, donde mientras había ganado esos pastos se mantenían bajos, cada cierto tiempo se quemaban y por lo tanto muchas especies herbáceas, oportunistas, podían crecer… Hoy, con Parque Federal, una de las decisiones fue tocar más con fuego y muchas especies ya no aparecen. Es decir: hay que tener en cuenta cuál es la dinámica del lugar y evaluar qué especies están presentes y cuáles podrían desaparecer si es que ese ambiente cambia.

También está la cuestión del cambio climático. La temperatura va aumentando y posiblemente algunas especies que sean más sensibles, puede que sufran hasta llegar a desaparecer.

¿Cómo protegerlas? Las áreas naturales protegidas públicas y/ o privadas son una opción, pero eso tiene que ir acompañado por trabajos de investigación para poder identificar cuáles son esas especies, dónde están, cómo se encuentran las poblaciones, ver cómo se van comportando a lo largo del tiempo, qué tipo de presión negativa se está ejerciendo sobre ellas, elaborar un proyecto para protegerlas y para cultivarlas.

Hay que poner en valor a los ecosistemas y a las especies. Algo sencillo de hacer es promover el arbolado urbano con plantas nativas frutales y con muchas flores, por ejemplo.

Y no solo hay que proteger, sino también hay que promover el cultivo amigable con el ambiente, el desarrollo, ver cuáles son los usos reales y potenciales que tienen para ponerlas en valor.

Posadas, Misiones, 16 de febrero de 2024.

FOTOS: José Radins (https://florademisiones.blogspot.com/  y Facebook) / Viva Misiones (Facebook).

(*) José Radins es profesor de Biología, responsable del Vivero de Especies Nativas del Parque Ecológico El Puma del Ministerio de Ecología de Misiones. Investigador, naturalista, experto en semillas y plantas de la Selva Paranaense