Con las lluvias que caen sobre la tierra desnuda no sólo se pierde ese recurso, sino también 630 millones de litros de agua anualmente. “Se está desangrando Misiones”, advierte, en las siguientes líneas, el ingeniero agrónomo Néstor Munaretto*, quien, en base a más de 30 años de observación y estudios, viene impulsando acciones para revertir la incesante erosión hídrica y garantizar en buenas condiciones la base de la producción de alimentos y de otros productos, que involucra a miles de familias agrarias.
-Cada vez que llueve, vemos los arroyos y ríos de Misiones teñirse de colorado. ¿Se puede afirmar que ese rojo es el suelo misionero que se va, que se pierde? ¿Estamos perdiendo suelo productivo?
En estos días se ve mucho ese paisaje: los arroyos colorados y el monte verde, un contraste que nos gusta por la intensidad de los colores, pero eso es pérdida de suelo. Y es triste… se está desangrando Misiones por los arroyos, y esa agua con nuestra tierra va a parar al Delta.
Se pierde suelo agrícola, productivo, que son esos 20 primeros centímetros más fértiles, que es el que hay cuando tenemos materia orgánica o encontramos en un sueño con monte. Eso, si el suelo está descubierto, el agua de lluvia arrastra por los caminos rurales y de ahí a los arroyos y ríos.
-Los suelos rojos son los de mejor aptitud agrícola, donde están mayormente los cultivos hortícolas, yerba mate, tabaco, te y forestaciones. Con la situación que describe, estamos ante un paulatino un incesante proceso de erosión hídrica.
Es un problema que está en toda la provincia, en algunos lugares en forma más grave y en otros, en forma incipiente. Son miles de hectáreas de suelo erosionado.
La erosión hídrica ocurre porque el suelo está descubierto; se sacó el monte, se hicieron los cultivos y el suelo quedó al descubierto. Hay que pensar que además de las lluvias intensas, tenemos pendientes acentuadas. Entonces, al caer, las gotas de lluvia rompen los gránulos, las partículas de esos gránulos tapan los poros del suelo, lo compactan y se dificulta la infiltración de agua, y el agua sigue su curso por los caminos vecinales hasta arroyos y ríos, arrastrando tierra.
-Es un apasionado y comprometido profesional con esta temática. ¿A qué conclusión llega respecto a la situación del suelo después de tantos años de observación y estudio?
Hace mucho vengo observando, unos 30 de los 40 años de profesión como ingeniero agrónomo, y pregono la conservación. Tenemos un Instituto del Suelo y se pueden y deben aplicar prácticas como sistematización de suelos y caminos, cubiertas verdes, abonos verdes, y enseñar sobre el tema en las escuelas técnicas.
El tema de la erosión es complicado. Si uno recorre caminos vecinales o internos de las chacras, y ve barrancos, eso es pérdida de suelo.
-Usted midió en su chacra cuánto suelo perdemos cuando llueve. Nos dijo que en un tramo de 5 kilómetros de camino vecinal se han perdido, en los últimos 60 años, unos 27 millones de kilos de tierra, y que eso equivale a 13,5 hectáreas del perfil agrícola, que tiene 0,20 centímetros, que son los más fértiles / útiles para la producción. ¿Es así?
Esos 27 millones de kilos de tierra los medí con barrancos y la longitud y el ancho de los caminos.
¿Por qué digo que eso equivale a casi 14 hectáreas? Porque un perfil agrícola de 20 centímetros pesa 2 millones de kilos. Entonces dividimos 27 millones por 2 millones nos da 13, 5 hectáreas de suelo agrícola.
También el agua en esos cinco kilómetros por el régimen de lluvia que más o menos estamos teniendo, equivale a una pérdida de 45 a 50 millones de litros de agua por año en ese camino de 5 kilómetros.
¿Cuántos litros de agua caen en promedio sobre el suelo en Misiones?
Según el registro que tenemos en nuestra chacra (ubicada en Campo Ramón, zona centro de Misiones), el promedio de los últimos 30 años es de 2100 milímetros de lluvia por año. Recordemos que 1 milímetro de agua caída significa 1 litro de agua por metro cuadrado.
Estos días, en los meses de octubre y noviembre, registramos un total de 1351 milímetros. Si el suelo está cubierto (pasto, leguminosas, árboles nativos y/u otras plantas), esa cantidad e intensidad de agua caída se infiltra y lo que sobra se escurre limpia, transparente, porque la materia orgánica evita que se rompan las partículas del suelo. En cambio, si el suelo está descubierto, el agua arrastra el suelo y se produce la erosión.
¿Se puede extrapolar el resultado de la cantidad de agua y suelo que se perdió en su chacra a toda la superficie en Misiones?
Si, se puede extrapolar.
Pensando que hay 30 mil kilómetros de caminos terrados en Misiones (rutas provinciales y caminos vecinales), y teniendo en cuenta que 10 metros de ancho por 1 kilómetro equivale a 1 hectárea, tenemos que hablar de 30 mil hectáreas. Es decir, cada kilómetro de camino vecinal es una hectárea de suelo.
Si hablamos de agua, hay que pensar que en cada hectárea caen 2100 milímetros de lluvia por año, o sea 21 millones de litros de agua por hectárea por año. Entonces, hay que multiplicar 30 mil kilómetros de caminos terrados por 21 millones de litros de agua que caen por hectáreas / año sobre esos caminos, y se escurren (el 80 por ciento), potenciado por el relieve, hacia arroyos y ríos. Es decir, son 630 millones de litros de agua por año que se pierden en toda Misiones, que no quedan en la chacra.
Si enfocamos en el impacto sobre el suelo, eso equivale a 150.000.000 de TN de suelo perdido solo en los 30 mil kilómetros de caminos terrados. Considerando un barranco promedio de 50 centímetros y dividido con lo que pesa una hectárea de suelo agrícola, es decir 2 millones de kilos, podemos afirmar que perdemos, solamente en caminos, 75 mil hectáreas de perfil agrícola por año.
Promueve desde hace algunos años prácticas para revertir la situación. ¿Podríamos repasarlas? ¿En qué condiciones debe estar el suelo para que el agua de lluvia que cae quede en el lugar, se infiltre, y para que el suelo no erosione?
Hay que observar cómo están las chacras y actuar. Cuando uno llega a una chacra y ve los caminos con barrancos, o en el patio uno ve las raíces de las plantas cada vez más afuera del suelo, eso es pérdida de agua y de suelo.
Hay que hacer un manejo adecuado, que es lo que ya conocemos y que en algunas chacras se está aplicando. Hablamos de sistematización de suelos y de caminos, de plantar en curvas a nivel, de hacer terrazas, camellones y pozos de decantación en los caminos internos y vecinales; de empastar los caminos; de tener siempre cubierto el suelo, de utilizar abonos verdes y plantar árboles nativos, para que el agua y el suelo queden en la chacra.
Si no actuamos, perdemos muchísimo. Tenemos un territorio bendecido por las lluvias, mucha agua y gratis, y no podemos darnos el lujo de perderla y de permitir que se lleve a nuestro suelo. Tenemos que manejar, gestionar esa situación, para que el agua quede donde cae y que el suelo tenga siempre materia orgánica, sea esponjoso, y nos de buena producción.
* N. Munaretto, como parte del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y del Ministerio del Agro y la Producción de Misiones, brinda charlas, capacitación, a productores en esta y otras temáticas vinculadas al agro. Es impulsor del sistema de aprovechamiento de agua de lluvia aprobado para la cuidad de Oberá.