Economía y ecología tienen un mismo origen y preocupación

Por Claudio Bertonatti, naturalista, profesor en la Cátedra UNESCO de Turismo Cultural Untref/Aamnba, Buenos Aires, entre otros cargos.

Las dos palabras comparten su raíz etimológica “eco”, que significa “casa” en griego. La terminación “nomía” deriva de otra palabra griega: “némein” que es “administración” u ordenamiento, mientras “logía” proviene de “logos” que es “conocimiento”. Por eso, la economía se ocupa de administrar la casa, pero para ello, primero hay que conocerla, estudiarla.

Sin embargo, a lo largo de su historia la Argentina ha tenido economistas que se han ocupado más de desordenar que de ordenar, de impulsar políticas de extracción masiva de sus recursos naturales (para exportarlos con poco o nulo valor agregado) que de usarlos con criterios de conservación. El resultado está a la vista: un país quebrado socio-económica y ecológicamente, aunque con resiliencia ambiental para salir adelante. Pero, para que esa capacidad de recuperación se active es necesario revisar o replantear algunas de las medidas impulsadas por el actual gobierno nacional.

Para empezar, la reciente des jerarquización del máximo organismo nacional ambiental, que pasó de ministerio a subsecretaría. Y una subsecretaría que depende de la Secretaría de Turismo y Deportes de la Nación, supeditando la conservación al turismo, cuando debería ser a la inversa.

Tampoco es buena señal la ley ómnibus enviada al congreso, porque propone modificar la Ley de Bosques (desfinanciándola y permitiendo el desmonte en áreas actualmente protegidas), la Ley de Glaciares (permitiendo la actividad minera en áreas contiguas o periglaciares) y la Ley de Fuego (“ablandándola”, para posibilitar quemas de campos). Lamentablemente, también propone eliminar la descarga obligatoria de los recursos pesqueros en los puertos argentinos, abriendo la posibilidad de su descarga en otros países o trasbordos en alta mar, lo que facilita la pesca ilegal, la falta de transparencia y de trazabilidad.

Revisando estas medidas, hay mucha evidencia para aprender de los errores. Volver a repetirlos y agravarlos no es justamente lo que necesita el país.

Por todo ello, no podemos estar menos que preocupados, porque para ordenar el país previamente hay que conocer su capital natural y cultural.

Publicado el 29 de diciembre de 2023 en Facebook