“Hace dos semanas que no llueve de manera importante sobre la provincia, lo que agravó la sequedad del ambiente. Estamos en las tres fases de la sequía: aire seco, tierra y vegetación secas”, ilustró el meteorólogo Favio Cabello, director de la Oficina de Prevención de Riesgos Ante Fenómenos Naturales (OPAD).
El escenario está enmarcado en el fenómeno de La Niña, caracterizado por la disminución de precipitaciones y el peligro de incendios.
“Estamos con una Niña que se prevé sea corta, posiblemente hasta marzo. Sin embargo, hasta la primera quincena de enero no se esperan precipitaciones significativas, solo algunos chaparrones aislados”, señaló. “Ojalá alcancemos al menos 100 milímetros de lluvia este mes, cuando lo normal sería 170. Lo peor sería no llegar ni a eso”, agregó.
Cabello describió que “las temperaturas estarán dentro de los valores normales para esta época del año, entre 35 y 40 grados, pero las lluvias serán escasas”, y subrayó que”la ausencia de frentes fríos y sistemas de baja presión, sumado a la falta de chaparrones de verano, complican el panorama”.
“Esperemos que esta Niña termine en marzo, como se pronostica, y que las lluvias regresen. Mientras tanto, debemos estar preparados para un verano difícil, cuidando nuestros recursos naturales y evitando conductas de riesgo”, manifestó.
En ese marco, alertó que “es crucial que cada misionero sea como un bombero: cuide la vegetación en su casa, chacra o campo. La sequedad es extrema y esto se convierte en el combustible ideal para el fuego, necesitamos prevenir cualquier situación que pueda derivar en incendios. Aunque por ahora no hay incendios significativos, la vegetación está en grado máximo de sequedad. Cualquier descuido, como un cortocircuito o una quema controlada, podría desencadenar un incendio de gran magnitud”.
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