Un equipo del King’s College London, Londres, Reino Unido, liderado por Andrea Mechelli, profesor de Intervención Temprana en Salud Mental, se propuso examinar si los entornos con una gran cantidad de características naturales, como árboles, plantas, vías fluviales y vida silvestre, traería mayores beneficios para la salud mental que aquellos con una gama más pequeña de características naturales.
El estudio se llevó a cabo entre abril de 2018 y septiembre de 2023. Se recopilaron datos a través de una app llamada Urban Mind, que mide la experiencia del usuario sobre la vida urbana y rural. Casi 2.000 personas presentaron 41.000 evaluaciones de su entorno y bienestar mental durante todo el día.
Una de las principales conclusiones es que los espacios verdes con alta diversidad natural tienen más beneficios para la salud mental que aquellos con baja diversidad natural. Los participantes atribuyeron casi una cuarta parte de este impacto positivo a la diversidad natural – e informaron que los beneficios pueden durar hasta ocho horas.
Por otro lado, el estudio sugiere que los beneficios de la naturaleza para el bienestar mental pueden maximizarse protegiendo y promoviendo la biodiversidad en nuestros entornos naturales. Si bien es saludable la naturaleza representada por áreas de vegetación muy cuidadas, como jardines y parques de césped mantenidos regularmente, allí la biodiversidad es baja. Por el contrario, en espacios como prados salvajes y vías fluviales, proporcionan un hábitat más atractivo para una mayor variedad de plantas y animales.
La naturaleza con mayor biodiversidad ofrece más estimulación para los sentidos, lo que puede mejorar la concentración, reducir la fatiga mental y restaurar los recursos cognitivos como la memoria y la capacidad de atención. Además, las personas que viven en o cerca de un espacio natural tienden a pasar más tiempo haciendo ejercicio o socializando al aire libre, lo que promueve la liberación de endorfinas y otras hormonas que aumentan el estado de ánimo.
Fuente: Meteored / Why diversity in nature could be the key to mental wellbeing