Un informe publicado en abril pasado en la revista Fapesp advierte que el calentamiento global creó la primera zona árida en Brasil.
La nueva región árida está ubicada en el centro-norte de Bahía, en el límite con Pernambuco, cubre un área que es casi cuatro veces el tamaño de la ciudad de São Paulo y se está expandiendo debido a los efectos del calentamiento global.
Los datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) y del Centro Nacional de Vigilancia y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden) indican que la mayor parte del territorio nacional, a excepción de la región Sur y sectores costeros del Sudeste, se está volviendo menos húmedo.
La tendencia dominante indica que los lugares secos de Brasil (y del mundo) se están volviendo aún más secos y los húmedos, menos húmedos. En Brasil, la clara excepción a este movimiento son los tres estados del sur, que actualmente son húmedos y se espera que sigan siéndolo en el futuro.
Esta propensión a un clima menos húmedo se aplica también a parte de la Amazonía, el bioma con mayor oferta hídrica del país, donde la progresiva deforestación del bosque y el cambio climático contribuyen a que el ambiente sea más cálido y con períodos de sequía prolongada.
La culpa de la creciente sequedad, por tanto, no es sólo –o principalmente– la falta o irregularidad de las precipitaciones, sino sobre todo el aumento de la evaporación del agua del suelo y la transpiración de las plantas, un proceso llamado evapotranspiración.
El especialista en hidroclimatología Humberto Ribeiro da Rocha, del Instituto de Astronomía, Geofísica y Ciencias Atmosféricas de la Universidad de São Paulo (IAG-USP), explicó: “Mientras haya agua en el suelo y su capacidad de fotosíntesis no sea un impedimento, la vegetación superficial utiliza la energía de la radiación absorbida para perder humedad en lugar de utilizarla para calentar el ambiente. Esta es una forma de limitar el calentamiento de la baja atmósfera, como mecanismo de termorregulación”. Cuanto más calor hace, más exige la atmósfera agua de la superficie para obtener el combustible para formar nubes de lluvia, vapor de agua.
La investigación
Para clasificar el clima del país, investigadores del Inpe y del Cemaden calcularon la evolución de un índice de aridez en las últimas seis décadas. Combinaron datos de mediciones realizadas en estaciones meteorológicas y estimaciones para cuatro períodos sucesivos de 30 años (1960-1990, 1970-2000, 1980-2010 y 1990-2020). Este enfoque le permite ver hacia dónde se mueve la humedad con el tiempo. Luego determinaron el índice de humedad para todo el territorio nacional, con énfasis en las regiones más secas, para cada ciclo de 30 años.
El índice de aridez de una región en un período viene dado por una ecuación simple: la precipitación total acumulada dividida por la evapotranspiración potencial (la cantidad máxima de agua que se puede perder a la atmósfera a través de este proceso). Algunos estudios utilizan únicamente valores de lluvia, pero los autores prefirieron adoptar el índice, que consideraron más apropiado para medir el grado de aridez. Los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) también trabajan con este índice, además de analizar la evolución solo de las precipitaciones acumuladas en el tiempo.
Cuando la cantidad de agua que cae con la lluvia supera la que sale de la superficie de una región por evapotranspiración, el resultado de este conteo es mayor que 1. Si la situación es la contraria (menos lluvia que evapotranspiración), el valor del índice de la aridez es menor que 1. Utilizando este parámetro, se consideran áreas secas aquellas cuya relación entre lluvia y evapotranspiración no supera el valor de 0,65 (ver mapas). Es decir, el agua que cae con las precipitaciones equivale como máximo al 65% de la que sube a la atmósfera por la transpiración de las plantas y se evapora de la superficie. Por encima de este límite, los climas se consideran húmedos.
Fuente: Pesquisa FAPESP, revista especializada en producción científica y tecnológica de Brasil.
Foto central: Gabriel Kropsch. “Existe mesmo Mudança Climática?”. https://pt.linkedin.com/pulse/existe-mesmo-mudan%C3%A7a-clim%C3%A1tica-gabriel-kropsch