Misiones, por supuesto, está inserta en el escenario. Además de los datos de la investigación de la UNNE, abunda información al respecto en Brasil, país limítrofe con el que compartimos la región del gran ecosistema de la Mata Atlántica o Selva Paranaense.
La investigación de la UNNE indagó en la frecuencia, duración, intensidad y distribución espacial de las olas de calor en un período de 32 años en el Nordeste de la Argentina. De esta manera, documentó 27 olas de calor entre 1990 y 2022, confirmando que son cada vez más frecuentes, intensas y prolongadas en la región.
En esa línea, se identifican 3 olas de calor como las más intensas y prolongadas: en enero 2006; en enero/febrero 2014 y en enero 2022. Esta última marcó el récord con valores térmicos de 44,5ºC en Las Lomitas, Formosa. De hecho, el 24 de enero de 2022 Posadas registró la temperatura real más alta desde 1956 hasta el presente con 42,5° (el récord anterior fue de 42,1°, el 9 de diciembre de 1985).
La investigación se titula “Distribución espacial de las olas de calor en el Nordeste Argentino y su evolución a lo largo del periodo 1990 – 2022”. Son sus autores Eugenia Zampar, estudiante de la Licenciatura en Geografía, y la doctora Patricia Snaider, profesora titular del Seminario de Fisiografía y adjunta de Climatología, del Departamento de Geografía, ambas de la Facultad de Humanidades, de la UNNE.

El área de estudio abarcó las provincias del NEA: Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones con datos de las estaciones meteorológicas de: Posadas, Bernardo de Irigoyen, Oberá, Monte Caseros, Paso de los Libres, Resistencia, Sáenz Peña, Formosa, Iguazú, Ituzaingó y Las Lomitas. También se relevaron datos de las estaciones meteorológicas de Santiago del Estero, Concordia, Orán, Reconquista y Ceres, con el objetivo de identificar la continuidad espacial de las temperaturas.
Según se explica en Unne Medios, se procesaron los datos a través de la utilización de técnicas de tratamiento estadístico: con los datos de las temperaturas máximas y mínimas diarias correspondientes al periodo cálido (octubre a marzo) se calculó el umbral para cada estación meteorológica (percentil de 90).
Posteriormente, los datos fueron representados gráfica y cartográficamente. Además, se analizaron los documentos periodísticos para corroborar la magnitud del evento y sus impactos en la población.

Las investigadoras realizaron un mapa por cada ola de calor, en donde están representados los valores térmicos en cada estación meteorológica para esa ola de calor, la duración de cada uno de los eventos y la extensión que tiene la ola de calor en el NEA.
Los resultados
Los resultados de esta investigación fueron divididos en tres partes. Por un lado con respecto a la distribución espacial registrada en la cartografía elaborada; por otro lado, la evolución a lo largo del tiempo (representado en gráficos) y por último, los impactos de estas olas, (en los recortes de información periodística).
Con respecto a la distribución espacial se dividió la ubicación de cada uno de los mapas en décadas. La primera década, la del 90, dos olas de calor (en 1990 y 1994) fueron consideradas por las investigadoras como las más importantes o las más representativas.
Esta década se caracteriza por tener olas de calor con una máxima extensión, es decir abarcó toda el área de estudio, pero tuvieron poca duración. Hay áreas en el que las olas de calor no duraron más de 5 días. Por otra parte, las temperaturas máximas –en este caso superaron los 42 grados C- fueron representadas de manera muy localizadas, como por ejemplo en Las Lomitas (Fsa) en el caso de la primer ola de calor y en Santiago del Estero en la segunda ola de calor.
En la segunda década, la del 2000, se registraron cuatro eventos. Se duplicaron la cantidad de fenómenos de una década a la siguiente. Los registros marcan olas de calor en el 2003, 2005, 2006 y 2009. Se advirtió que en la ola de calor del 2009, hay un incremento en las temperaturas máximas absolutas diarias, sobre todo en el sector occidental de la región: oeste de la provincia de Formosa, Chaco, Santiago del Estero y en el norte de la provincia de Santa Fe.
En la década del 2010, se registraron 6 eventos. Lo característico de estas olas de calor es que en solo dos oportunidades se distribuyeron en todas las provincias del NEA, esto fue en 2010 y 2012. Sin embargo, las cuatro olas restantes, no tuvieron una distribución en la totalidad del área de estudio sino que fueron más bien localmente distribuidas.
Por último, en la década del 2020, si bien no es una serie completa -porque se representaron solamente los primeros tres años de la década-ya se registran dos eventos y en donde la principal característica es que aumentan la duración de las olas de calor, como así también aumenta la temperatura máxima diaria ya que prácticamente en toda el área de estudio (principalmente en la ola de calor del 2022) superan los 42 ºC. Por otra parte, la duración de estas olas de calor son las máximas de toda la serie, alcanzando un período de 15 días.
En estos dos últimos episodios la ola de calor se extendió a lo largo de toda la superficie del área de estudio considerada.
Para las investigadoras, el trabajo demuestra que la evolución temporal del fenómeno marca que la década del 90 tuvo escasas olas de calor, mientras que a partir del 2000 se fueron incrementando para llegar a los últimos años de estudio con una marca significativa en las estaciones de Posadas y Resistencia.
En el mundo
De acuerdo al estudio publicado en marzo de 2024 en Science Advances, el cambio climático está provocando que las olas de calor sean más frecuentes y más largas que hace 40 años.
Desde 1979, las olas de calor se han vuelto un 20% más largas y un 67% más frecuentes. Entre 1979 y 1983, estas olas duraron una media de ocho días. Entre 2016 y 2020, la duración promedio de este fenómeno aumentó a 12 días.
A modo de ejemplo: durante el 2023, las temperaturas en Europa estuvieron por encima de la media durante 11 meses del año.
“Los resultados sugieren que las grandes olas de calor continuas, más largas y más lentas causarán impactos aún más devastadores en los sistemas naturales y sociales en el futuro si los gases de efecto invernadero continúan aumentando y no se adoptan medidas efectivas de reducción”, concluyeron los autores del estudio y climatólogos Wei Zhang de la Universidad Estatal de Utah y Gabriel Lau de la Universidad de Princeton.
Otro ejemplo: en Brasil, todos los meses del año 2024 tuvieron temperaturas elevadas, manteniéndose por encima del promedio histórico en relación al periodo 1991-2020. La información proviene del Laboratorio de Análisis y Procesamiento de Imágenes de Satélite (LAPIS).
Los impactos son notables y preocupa su incidencia en las regiones menos desarrolladas. Una ola de calor récord que se produjo en Europa en 2003 causó enormes pérdidas socioeconómicas y aproximadamente 70.000 muertes. En lugares con menos estructura, las pérdidas serán mayores. “Las ciudades que no tengan suficientes infraestructuras verdes o no tengan muchos centros de refrigeración, especialmente para las poblaciones desfavorecidas, serán muy peligrosas”, manifestó Zhang.
Enero 2025 récord
El 6 de febrero pasado, el servicio europeo de Vigilancia del Cambio Climático Copernicus informó que enero de 2025 tuvo un nuevo récord de temperatura global para ese mes, con un aumento de 1.75 ºC respecto al periodo preindustrial. Esto significa que la temperatura media del aire en superficie superó los registros de todos los meses de 2024 (que ya había sido considerado el año más caluroso hasta la fecha), alcanzando los 13.23 ºC en enero.
En el hemisferio sur, las altas temperaturas se reflejan en olas de calor. El lunes pasado (17 de febrero de 2025), en Río de Janeiro, Brasil, con 6 millones de habitantes, la temperaturas escaló los 40 ºC.
Vinculado, cabe citar el informe de la Alianza Brasileña para la Cultura Oceánica que indica que en el vecino país los eventos climáticos extremos aumentaron un 460% desde los años 1990. El documento, titulado “2024 – El año más caluroso de la historia”, reúne estadísticas de las últimas tres décadas sobre el aumento de la temperatura del aire y del océano y su vinculación con el crecimiento de fenómenos climáticos en el país.
Comparativamente, en números, señala que entre 1991 y 2023 se registraron 64.820 eventos extremos en 5.117 municipios (92% del total del país). Las inundaciones representan la mitad (50%) de estos desastres, seguidas de inundaciones, inundaciones (27%) y tormentas (19%).
El año pasado, la sequía alcanzó niveles récord en los ríos del Amazonas, con un aumento de los incendios, y en Rio Grande do Sul hubo inundaciones históricas, que no se veían desde hacía más de 50 años.
Salud en riesgo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que las altas temperaturas, y también las sequías están provocando emergencias sanitarias. Además de muertes por golpe de calor, se registran consecuencias por la exposición al humo de los incendios, enfermedades renales debido a episodios sucesivos de deshidratación y desequilibrios electrolíticos; mala calidad del sueño porque ennfrenntamos noches más cálidas que abruman los sistemas que enfrían nuestros cuerpos y esto está asociado a una disminución de la salud física y mental, y a un deterioro cognitivo y de la función inmunológica.
18 de febrero de 2025, Posadas, Misiones.
Fuentes:
Unne Medios (https://medios.unne.edu.ar/2025/02/04/olas-de-calor-estudio-refleja-un-progresivo-aumento-de-eventos-en-las-ultimas-decadas/ )
Informes sobre el Estado del Clima en Europa, publicado por el Servicio de Cambio Climático Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial.
Naciones Unidas
Laboratorio de Análisis y Procesamiento de Imágenes de Satélite (LAPIS).
NASA Earth Observatory (2025, February 10th). La Niña is here, story by Emily Cassidy
January 2025 was the warmest on record globally, despite an emerging La Niña, publicado em 06 de Fevereiro de 2025, Copernicus.