“Cambia, todo cambia…cambia todo en este mundo (…) el clima con los años…”, en la voz de Mercedes Sosa es poesía para el Alma. Lo que no cambia es el modo de pensar y actuar de los que tienen el poder gubernamental ante la realidad planetaria. El sistema global en el que estamos metidos es tan perverso que con el paso del tiempo y en nombre de la “nueva era” y del “progreso”, nos han hecho -o pretendido hacer- olvidar que la Naturaleza es finita, que los bienes naturales son para utilizarlos, no exterminarlos. Está impuesto y promovido este “sistema” por intereses económicos poderosos cuyo objetivo es dominar los bienes naturales y domesticar a la sociedad, que cautiva se ve obligada a alimentarlo, sostenerlo, y ante las necesidades que llevan a la subsistencia, sin querer, ésta deja en manos de los que gobiernan las decisiones más profundas, amplias, globales, que responden a esos intereses. En el maravilloso sistema democrático “el Pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes…”.Es claro el Artículo 22 de la Constitución Nacional Argentina, pero se están tomando decisiones que el Pueblo en general no las quiere, o no les son favorables y el Pueblo sí tiene derecho a que se lo considere y respete. “Sustentabilidad”, “sostenibilidad”, “modelo”, “ambiente saludable”, “derecho ciudadano”, “pueblo”, “concientización” en boca de cualquiera que esté en el gobierno de turno, hace mucho tiempo me genera preocupación, ruido, molestia. Conceptos tan importantes, con contenidos trascendentales, profundos y con significado serio, siguen siendo bastardeados por funcionarios del mundo en la mayoría de los casos para maquillar de verde las acciones que van en contra de la sociedad. Si se hubiese llevado a la acción y a la práctica la “sustentabilidad” tal como fue concebida hace 50 años o más, la realidad actual no sería ésta, enlaqueen150 años la humanidad se devoró lo que en su propia historia no lo había hecho y en menos de 40hacalentadoel planeta a niveles irreversibles. En este “modelo” que exprime cada mineral de las montañas, cada gota fósil del subsuelo, cada curso de agua de la superficie y abajo, que preña de tóxicos la tierra despellejada de selva, hablar de “sustentabilidad” es irracional. Para más, las redes publicitan buenas ilusiones, que llevan a la sociedad al pozo más profundo del desconocimiento, lavado cerebral y al vacío de contenidos, caminando la vida y dejando huellas ecológicas profundas que en poco tiempo, de seguir así, serán rupestres. Un Amigo de siempre me dijo cuando plantee mi disgusto por el uso de “esas palabras”, “…hagamos que la sociedad vuelva a defender el sentido real de estos conceptos y no dejemos de creer en ellos, volvamos a apropiarnos…”, será la utopía más deseada a cumplir en lo que quede de Vida. Han bastardeado y manipulado tanto a estos términos que no los menciono desde mi sentir. La Amistad es algo que surge de las conexiones, del afecto entre personas, es puro, desinteresado que se fortalece con el trato y el tiempo. Nadie daña a un Amigo. Es por ello que, luego de haber andado, conectado, disfrutado y valorado tanto a la Naturaleza, gran obra Divina que en cada detalle demuestra que Gaia es un Servivo, nada justifica dañarla, pudiendo en la racionalidad, el respeto y el afecto, garantizar que los frutos de este Gran Árbol, sean aprovechados también por los que aún no han nacido. Apuesto, promuevo y sostengo la Amigabilidad Ambiental, una mirada y sentir profundo desde el amor, la ética y el valor de los bienes naturales. Concepto que no podrán robarnos, usarlo ni manosearlo, porque simple y llanamente también la Amistad es nobleza, es cuidado, protección y los promotores de “modelos” destructivos, dañinos, contaminantes, no lo podrán siquiera escribir, pronunciar, mucho menos sentir. Despertemos nuestras sensibilidades, cultivemos la espiritualidad y la Amigabilidad Ambiental será la respuesta, la solución a la hora de tomar decisiones, de vivir. Es una invitación.
Rulo Bregagnolo, miembro del Grupo Ecologista Cuña Pirú, del Frente Ciudadano Ambiental Kaapuera, Mesa Provincial no a las represas y otros espacios Amigables con la Casa Común.
Foto: Rulo Bregagnolo.