Paranaense (P) – ¿Qué es Fundación Eureka? ¿Cómo surge Protectores de la Naturaleza?
Diego Chifarelli (D.Ch.) La Fundación Eureka está impulsada por un grupo de personas de Eldorado que esta interesado en desarrollar actividades educativas, sociales y económicas vinculadas con el ambiente.
Protectores de la Naturaleza surge a partir de ideas que fueron madurando en el intento de definir una propuesta enfocada en los agricultores familiares, donde se pudiera encontrar un mecanismo de conservación y de restauración de áreas degradadas, asociado a la educación ambiental, para proteger a la naturaleza.
En ese sentido, vengo trabajando desde hace 18 años con una perspectiva agroecológica, conservacionista, y en el 2018 tuve la posibilidad de ir a formarme en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) de Costa Rica, que trabaja fuertemente la agricultura sostenible, e hice cursos de valoración económica de servicios ecosistémicos, donde aprendí distintos tipos de mecanismos de compensación, pago por servicios ecosistémicos. A partir de ahí comencé a pensar esta idea, y debatiendo con productores y compañeros de trabajo, se generó la idea que ahora se está consolidando.
Misiones reúne una serie de condiciones para estas iniciativas: el marco legal conceptual para desarrollar la idea; la confianza con los agricultores, lo que permite pensar estrategias a largo plazo, porque el horizonte temporal de los acuerdos que desarrollamos ahora, en principio, es de 20 años; y la biodiversidad, con el remanente continuo de Selva Paranaense, lo que le da un valor intrínseco a la conservación, además de la presencia de mamíferos, reptiles, insectos, especies arbóreas… Más del 50 por ciento de la biodiversidad de la Argentina está en Misiones y eso la hace un bastión importante en términos de conservación.
P.-Se promueve la protección de Árboles de Alto Valor de Conservación. ¿Cuáles serían esos árboles? O dicho de otro modo: ¿cuándo un árbol tiene alto valor de conservación?
D.Ch. Todas las plantas tienen un valor de conservación en sí misma. En un ecosistema, todos los organismos tienen una función y por lo tanto tienen un valor en sí mismo. Adoptamos el término “Alto Valor de Conservación” para árboles que tengan un tamaño determinado, con un mínimo de 40 centímetros de diámetro a la altura del pecho, que estén maduros, es decir que estén produciendo semillas, y que presenten buen estado sanitario. ¿Por qué? Porque tienen capacidad para producir renovales de esa propia especie, y porque cumplen con varios servicios ecosistémicos que son importantes, como la captura de carbono mediante su crecimiento de superficie foliar, el reciclaje de nutrientes, el ciclo del agua, la contención del suelo, son hábitat para distintas especies, entre otras cosas.
P.-El proyecto contempla un acuerdo entre el pequeño agricultor y el donante. ¿Qué características debe reunir el productor para acceder al programa y cómo se efectiviza el aporte del donante?
D.Ch. El acuerdo contempla, en principio, una donación económica de 25 dólares anuales o su equivalente en pesos. Ese donante se transforma en donante protector. Esa donación económica se genera para tres instancias del proyecto: la compensación a los agricultores que conservan los árboles (pago por Servicios Ecosistémicos), evaluación – diagnóstico del lugar donde está él o los árboles, y la etapa de restauración y educación ambiental.
El productor tiene que cumplir una serie de características. El proceso para ingresar con su propiedad al proyecto tiene tres pasos: estar inscripto en el Registro Nacional de Agricultura Familiar (RENAF), tener un remanente de bosque con Árboles de Alto Valor de Conservación de mínimo 3 hectáreas; y contar con título de propiedad, permiso de ocupación o boleto compra venta por más de 20 años, es decir debe acreditar una ocupación regular del lugar. Con eso realiza la inscripción. Luego está la preselección del total de inscriptos, donde se evalúa el bosque, la cantidad de personas que viven en esa chacra, superficie productiva y otras cuestiones para lograr un orden de mérito, y luego se va incorporando al esquema de compensación en la medida que vamos recibiendo donaciones.
Una vez que le damos el ok, el productor tiene que hacer un censo de los árboles que tiene en su chacra y en función de eso se fiscaliza ese relevamiento para incorporarlos al esquema de compensación.
Por supuesto, el productor tiene que trabajar con perspectiva agroecológica.
La administración de los fondos está en manos de la Fundación en un proceso auditable. Los donantes hacen el aporte a la Fundación, que es la que efectiviza el aporte al productores y costos operativos (diagnóstico, etapa de restauración).
P-¿Hablamos siempre de pequeño agricultor o pueden participar otras personas, por ejemplo, un persona determinada que aunque no resida en la chacra, conserva el monte?
D.Ch. Los árboles de Alto Valor de Conservación son solamente árboles que están en chacras de agricultores familiares que estén en el RENAF. Focalizamos ahí. Lo que si pueden otras personas, dueños de reservas, profesionales, es ingresar al proyecto con otras actividades, como por ejemplo las de restauración o educación ambiental.
P-¿En qué lugar /municipio de Misiones se implementa el proyecto? ¿Ya hay productores involucrados? ¿Dónde están ubicados, y qué árboles de alto valor conservacionista protegen?
D.Ch. Los productores que están censados, con los que ya avanzamos, están en Santiago de Liniers, en el departamento Eldorado, y la idea es llevar a otros lugares de Misiones.
El primer lugar que censamos fue en la chacra de Martin Kleis, que tiene más de 1900 ejemplares, y entre esos árboles, algunos con troncos muy grandes, que para abrazarlos necesitas 4, 5 y hasta 6 personas. También censamos en la chacra de Juan Da Cruz Espinoza, de 17 hectáreas, de las cuales 10 son de bosque nativo con gran cantidad de Árboles de Alto Valor de Conservación.
P-¿El productor apadrinado también asume el compromiso de plantar más árboles y restaurar áreas degradadas?
D.Ch. El productore que tiene árboles en conservación no necesariamente asume el compromiso de plantar más árboles, eso lo puede o no hacer.
P.-La iniciativa une lo ambiental a lo social y económico, con lo cual uno podría pensar que está garantizado su éxito. ¿Es así? ¿Hay un seguimiento del proyecto, el compromiso que asume el productor y el compromiso que asume el donante?
D.Ch. Así es. La iniciativa une lo ambiental, lo social y lo económico. Es una propuesta innovadora: genera un mecanismo de compensación para pequeños agricultores que conserven, y eso se hace con una metodología de seguimiento de todo el proyecto y un mecanismo de garantía, que es la georreferenciación, es decir el proyecto tiene trazabilidad.
Una vez que el agricultor tiene su censo, auditado por la Fundación, y entonces, supongamos que en esa chacra el bosque tenga 981 Árboles de Alto Valor de Conservación, nosotros, con las donaciones, vamos a empezar a marcar, a georreferenciar con un código, esos árboles. Así, una cañafistula de 52 centímetros de edad lo tenemos con un esquema de trazabilidad en una planilla, y lo mismo con la zona a ser restaurada, por ejemplo: la plantación de árboles nativos en márgenes de un determinado arroyo. Vamos a emitir un certificado, donde dice que ese agricultor es Protector de la Naturaleza, con los QR del Árbol de Alto Valor de Conservación y de los árboles que se plantaron para restaurar el bosque.
Por Redacción Paranaense. 20 de febrero de 2024. Fotos: Fundación Eureka.