“Los conflictos de hoy son reflejo de un modelo productivo basado en la extranjerización de los bienes de los misioneros”

Las reflexiones de Ortiz, secretario general del Movimiento Pedagógico de Liberación (MPL), en una entrevista de Arnulfo Duarte, realizada el 22 de mayo de 2024 durante el acampe docente en Monte Carlo:

Arnulfo Duarte (AD). Hace más de 25 que está la lucha docente. ¿Qué pasa, por qué por qué estamos siempre peleando por lo mismo en la provincia?

La situación de la lucha entró en su cuarta semana. Esta es la segunda semana que es masiva y podemos decir que hace más o menos 5 días la situación entra un estado muy crítico, la provincia está paralizada por los diferentes cortes, las diferentes manifestaciones, asambleas, y ha contaminado a toda la administración pública. Una provincia que tenía 32.000 docentes, hoy el problema involucra ya a gran parte de los 120.000 trabajadores públicos que tenemos, incluyendo lógicamente a la Policía.

Estos conflictos son reflejo de un modelo productivo basado en el monocultivo, que nace en la dictadura y que los gobiernos en democracia han gerenciado sistemáticamente. Ese modelo genera un Estado provincial raquítico, porque las inversiones extranjeras descansan sobre una política absolutamente extorsiva que se te instalan con la promesa de trabajo a cambio de exenciones impositivas, arrasan los recursos naturales, en este caso la tierra. Misiones es la provincia más extranjerizada del país: en términos porcentual tiene el 14 por ciento del territorio en manos de extranjeros. La Patagonia está entre 3 y 6 de su territorio. Eso explica la magnitud del tema. Hay municipios con el 80 por ciento de las tierras en manos de una Multinacional.

No se ha podido hacer entender a la sociedad y a la comunidad política sobre esta situación. Yo recuerdo la famosa Escuela de Formación Política que alertaba, hace 20 – 25 años, de este escenario.

Docentes, poleas de transmisión de quien oprime

Ese Estado raquítico tiene un sistema educativo que le dio la espalda a estos temas, que no están como contenido curricular en la escuela pública, y yo creo que tenemos hoy un ciudadano que puede leer a (Paulo) Freire, puede tener teoría crítica, pero no es capaz de comprender la transformación que está sufriendo el territorio de Misiones, que está siendo extranjerizada como territorio y con ello formas ancestrales de vida, valores culturales, a cambio de un proceso de enriquecimiento escandaloso de su clase política.

Nosotros crecimos a tasa china, por ejemplo, elevando nuestro PBI a niveles inauditos, pero generamos a su vez grandes bolsones de excluidos. O sea, tenemos crecimiento con exclusión y mucha concentración de la riqueza: la pasta de papel está en manos de una multinacional, el tabaco en manos de dos, el té en manos de cuatro familias, la yerba mate en manos de 10 en vías de concentración y extranjerización, ya hay capitales sirios en la industria yerbatera.

El turismo, que yo creo que es el peor ejemplo de extractivismo silencioso que estamos teniendo, está en mano de Sheraton, de Amérian… la explotación de un recurso vedette, las Cataratas, está en manos de una UTE, donde también participa (Maurice) Closs como clase política.

Esos temas no están en el proceso de alfabetización de la comunidad, no están en contenidos curriculares de la escuela, y hay un docente que se forma, analfabeto en términos políticos, que cree que se la sabe todo porque sabe una porción del saber diseñado por el propio capitalismo, y lo que estamos siendo los docentes es actuar como polea de transmisión del propio proceso de dominación.

Si no hay una mirada crítica del del sindicalismo docente, yo creo que somos la polea perfecta para que el capitalismo siga generando pobreza.

¿Cómo transformar si no toma la política en las manos?

Era muy triste el comienzo de esta lucha docente. Decían: ‘queremos una lucha sin banderas políticas’. Imaginate el grado de analfabetismo que tiene el docente misionero, que dice que tiene que retroalimentar su cultura política, pero dice sin política. ¿Cómo va a modificar la política? él entrega a las corporaciones las decisiones políticas. Entonces se privatizó la política a tal nivel que aparece un docente diciendo ‘no quiero bandería política’. ¿Cómo va a transformar si no toma la política en sus manos? ¿De qué pedagogía va a hablar el docente? ¿qué saber tiene que producir? ¿Cómo tiene que cobrar? Es profundamente político.

Ahora, te decía eso y te decía otra barbaridad: decían al comienzo ‘no queremos sindicato’. Entonces.  no quería organización de los trabajadores. Ahora eso tiene una explicación: el docente no se cree, no quiere reconocerse como trabajador. El sindicato es una organización de trabajadores. Mientras el docente no se sienta trabajador, va a prescindir de esa idea de querer tener sindicato, y yo creo que ese es el cóctel perfecto, donde tipos inescrupulosos gobiernan y hacen lo que se hizo ayer:  un sindicalista que reúne 17.500 de los 32.000 docentes, firmó un acta y hoy está convocando al paro contra esa acta.

O sea, este es el ejemplo y es una enorme desgracia para el campo popular. El sector docente va a pagar esas consecuencias, vamos a sufrir generaciones de misioneros detrás de ese error, que no es cualquier error: es el reflejo de este proceso de vaciamiento que hizo la dictadura en términos de construir en la cabeza de los intelectuales, si se le puede llamar intelectual, esto de que el saber es neutral. Como el saber es neutral, él cree que está lavando ropa. Entonces pone jaboncito. Limpia. Bueno, el saber no es neutral, el saber quita mancha y varias manchas tremendas que está al servicio de la liberación de un pueblo o a someterlo. El saber que necesitamos es para la liberación.

Yo decía que una de las cosas que sería interesante que pueda emerger de este conflicto es la posibilidad de que podamos hacer autocrítica en el sentido de decir: primero que el conocimiento no es neutral, y segundo que la escuela pública tiene un rol central en un proceso de liberación.

 Eso está costando.

A.D. ¿Qué falla ahí? ¿El rol de los sindicatos? ¿El rol de los institutos de formación docente? ¿O de las dos cosas?

En primer lugar: esto no es un error, es una política de entrega. Por algo en la Argentina, lo que hizo la dictadura fue quemar libros y matar a nuestros intelectuales, matar a una generación que era dorada, matar a los mejores sindicalistas, destruir organizaciones, o sea hubo un plan. El error de la democracia fue que quienes sobrevivieron y que pudimos crecer en esta democracia, no supimos reconstruir ese pensamiento crítico. Y esa idea perversa neoliberal se apoderó de los planes de estudio… Los institutos de formación docente son un desastre, perdónenme, pero un desastre, y está muy metida la idea esta de que la escuela forma para el mundo del trabajo y para la ciudadanía. El poder toma eso, pero te forma para una ciudadanía de lo que se conoce como democracia de baja intensidad.

Por el otro lado, hay una gran mentira, una enorme frustración, porque el modelo neoliberal ha destrozado empleo en estos territorios. Ahí viene una cosa que es muy interesante: yo veo un poco que el proceso de extranjerización lo que hace es crear una enorme infraestructura y nace con el proceso de Yacyretá, que es el primer bocado que mete el gran capital en estos territorios. Y eso se completa con las pasteras, y finalmente hoy manotea el recurso natural por excelencia que es el turismo.

En el medio, ese proceso de extranjerización de tierra se hace a expensa de cultivos tradicionales. La yerba mate por ejemplo: 1000 hectáreas de yerba daba 168 puestos trabajo, 1000 hectáreas de pino da 4,4 empleos estable. No hay que ser muy matemático, ni muy economista para entender lo que pasó: trituró. En mi comunidad perdimos 50% de los yerbales, por lo cual perdimos el 50% de los puestos de trabajo.  Ahora estamos en una etapa final con la yerba, por ejemplo.

La yerba explica de manera dramática lo que hizo el sistema. La educación, por ejemplo, creó un carpintero, un maestro mayor de obra especialista en construcción de madera, etc, o sea el sistema educativo con la escuela técnica acompañó la industrialización de la madera. ¿Qué hizo con la yerba? Mantuvo la esclavitud. ¿Pero por qué mantuvo la esclavitud del tarefero? ¿Por qué no se capacitó al tarefero? porque la yerba era el principal producto del PBI, y el esclavo era necesario para que el Estado misionero exista, hasta que apareció la gran industria pastera. Hoy la yerba ocupa el tercer lugar.

Ese proceso es muy interesante porque los intelectuales hablan de cómo el capital se apropió del tiempo y cómo fue ganando el saber de ese esclavo. Ese proceso está en su etapa final, porque hoy el capital inventó la máquina para cosechar la yerba, entonces va a a sacar el esclavo, va a poner una máquina que de cada 20 obreros deja 4 con trabajo.

Cualquiera repite como mono las teorías de Freire: hay que transformar, hay que liberarse a través de la educación. Ahora si el sujeto no conoce el medio, que debería ser el objetivo central del sistema educativo, ¿qué va a transformar? No puede transformar nada si es un ignorante.

O sea, lo que uno ve acá es que el proceso de alfabetización en lecto escritura y las cuatro operaciones fundamentales no son suficientes, no son suficientes porque te genera un sujeto político analfabeto. Y a eso le tenés que sumar una cosa que es interesante: la demanda del mercado hace que vos vayas creando nuevas carreras. Por ejemplo: TIC, Tecnología de la Información. Vos tenías 5 horas de clase en secundario, vos metes TIC. ¿A quién le restas las horas? le restas a Matemática o a Lengua o a Historia o a Geografía o a Biología. Ahora viene la evaluación TIZA y te evalúa Lengua o te evalúa Ciencias Sociales o Matemáticas. Con menos horas, ¿qué vas a saber? Vas a saber menos. Vuelvo a lo mismo: no hay que ser sabio para darse cuenta de esto, hay un proceso y de ese proceso es cómplice el sector de los trabajadores y ese trabajador hoy dice que puede luchar prescindiendo de banderas políticas y de organizaciones sindicales. Entonces, el sistema cierra perfecto.

¿Qué podemos hacer nosotros?

Queremos una escuela pública. ¿Y cómo luchamos? Dijimos primero: el viejo molde sindical no va más, entonces creamos como parte de nuestra lucha sindical la pelea por lo pedagógico, por eso somos un Movimiento Pedagógico: disputamos el saber, el para qué, y también, por supuesto, nuestro salario y nuestras condiciones dignas.

Ahora, vos sabes lo que cuesta que el sindicalista entienda que él tiene que ser un intelectual porque es un trabajador intelectual. El que lee tres libros te dice: yo soy profesional en la educación; más tonto no puede ser. Entonces, ese te va a generar un sujeto que, además cree su discurso y dice yo soy un profesional, las reformas educativas le hablan del profesionalismo…

Mira lo re tonto que somos qué hay profesores que, en vez de abonar la construcción de sindicato, ¿sabes lo que hacen? Crean colegios. ¡Son unos cráneos! O sea:  entregan su libertad de trabajo a una doble regulación del mercado vía un colegio, porque creen que siendo colegiado son mejores profesionales; copian lo de los escribanos, lo de los abogados, o sea, eso es parte de la ignorancia política.

Es tremendamente triste el escenario de degradación.  Yo creí que cuando Yadjian   hablaba de la venta del agua, yo decía ‘este tipo está loco; el agua no se vende’. Eso hace 25 – 30 años. Hablaba de que cada pino absorbe 400 litros de agua a diario. Mire lo que pasa acá: la escuela pública no advierte esto: hoy falta agua porque un  eucalipto consume el agua que le falta al niño en la escuela, y ese maestro o ese profesor de  biología se cree alfabetizador. 

Docentes y sociedad tienen que definir juntos

Encima (el presidente Javier) Milei ataca la Universidad.

¿Quién va a generar saber desde y para los trabajadores si no somos los trabajadores? El intelectual es un trabajador de la ciencia. Yo sé que a muchos no le gusta (Antonio) Gramsci, pero hace muchos años Gramsci dijo ‘el intelectual tiene que ser orgánico, tiene que hacerse cargo de transformar ahí abajo’.

Si hoy hace una encuesta, probablemente ni el 1% haya leído Gramsci y entre los sindicalistas probablemente el 100% no haya leído Gramsci.

¿Y por qué yo insisto que el sindicalismo si no estudia no puede hacer más sindicalismo? porque tiene que pensar la estrategia de cómo el poder nos quiere someter; porque para defenderte a vos, tengo que ver cómo hago. ¿No?

Cuando los docentes se pongan de acuerdo y discutan con la sociedad -esta es la otra cosa: siempre nosotros estamos acá y la sociedad está allá– qué es lo que necesita para salir de la pobreza, ahí vamos a tener estandarizado por lo menos un conjunto de saberes mínimo para sacarnos la pobreza.

La escuela que intenta construir el MPL, con el modelo escuela campesina, es, por ejemplo, para la reforma agraria o para la reforma urbana-. Es poner al servicio ese saber. Hoy la escuela capitalista, que encima le mete en la cabeza a todos nosotros de que la ciudad es la expresión del desarrollo, tiene una escuela pública raquítica en la ciudad, que transfiere de manera más raquítica todavía a la ruralidad. No va más ese modelo. Hay maestros en Misiones que no conocen el idioma guaraní y van a alfabetizar al guaraní.

Creo que todo eso hizo crisis. Ojalá de esta crisis, que tiene mucho de hambre, tenemos hambre, salga algo mejor.

Otra cosa interesante: le preguntas a los profesores de salud: che, ¿hay hambre en tu escuela? ‘No, no hay hambre”, te responden. ¿Qué es el hambre? Es no reponer las calorías que uso. Para mí eso el hambre, pero ahora hablan de desnutrición, que es la muerte súbita de tu cuerpo. O sea, todo ese discurso nosotros lo naturalizamos y lo repetimos sin pensar lo que estamos diciendo. Mira, dicen, (el presidente Carlos) Menem trajo de la reforma, creo que era española, esto de del Polimodal. ¿Qué es el Polimodal? Era formarte a tu cabeza como trabajador para la flexibilidad laboral, porque ya sabían que no iba a tener seguridad estabilidad en el empleo. Hoy ya te hablan de proyecto, de que tenés que ser emprendedor. O sea, todo eso la escuela alimenta, es cómplice de todo ese sistema y creo que lo que se impone es parar un poco la pelota, dirían los futbolistas, y mirar y decir: bueno, ¿qué vamos a hacer?

Ojalá que de este escenario no salgamos con buen salario sin discutir eso, que por lo que yo veo vamos camino eso, vamos camino a que el Estado nos dé un buen salario y nos olvidemos de todo este problema.

Creo que el ideal salir ideal sería salir con un buen salario y que el sistema repiense esto que estamos discutiendo.

Así como están, los planes educativos van a seguir construyendo analfabeto político.

Lo que está pasando en Misiones es un experimento, una política extorsiva brutal del Gobierno nacional en un Estado raquítico, gente al borde del hambre en la desesperación …  lo que sí yo creo es que estamos en un proceso represivo brutal y y este no es lo mismo que el 2001: en estos 6 meses de Gobierno salvaje de Milei,  ha destrozado las organizaciones sociales que no tenían un programa serio como movimiento social; los que actúan como agencia o brazo ejecutor de la ayuda social, están desaparecidos.

El saber popular, la esperanza

Lo esperanzador acá es que en estas comunidades del Norte hay mucha experiencia; una cosa es que el saber no esté en la escuela, pero hay un saber popular, una experiencia de solidaridad, de lucha, organización, que está en el seno del pueblo. Creo mucho en ese saber que está metido en las organizaciones obreras, en ese sector popular postergado… Incluso en los jóvenes hay mucho saber… Hay que vivir en esas comunidades tomadas por la petra ¿Cómo hace un joven para no contaminarse en medio de una tremenda frustración de esta sociedad de consumo y no contaminarse de la petra, del contrabando, del narcotráfico en estos territorios? Ahí hay una cultura de resistencia de esos jóvenes que, si se potencia en un proceso de liberación, eso es esa es la gran reserva, y además hay un saber de las personas mayores que yo creo que pelearon siempre. Está muy fresco en la gente aquella famosa experiencia con el obispo (Joaquín) Piña esa experiencia que se llamó el FUD (Frente Unidos por la Dignidad).

Creo que eso hay que alimentarlo.

El golpe de la dictadura en la Iglesia y en los docentes

Miren que interesante es lo de Misiones. La última gran rebeldía de la docencia misionera fue en los años 70, después fue poca la participación… eso lo armaron organizaciones de trabajadores, pequeños empresarios, pequeños productores. El aplastamiento que sufrimos con la dictadura dejó un sistema educativo muy raquítico.  La otra institución que no se termina de levantar, excepto el periodo de Piña, es la Iglesia, la Iglesia de la Teología de la Liberación, del Concilio Vaticano Segundo está desaparecido de estos territorios.

Claro, es muy curioso ese proceso.

Nos implantaron el Opus Dei, que lo denunció tan brillantemente Piña cuando dijo “Yo no quiero ser obispo de los pinos”. La gente no entendió lo que quiso decir o hizo que no entendió. Y hay una curia muy implantada, o sea el obispo actual que tenemos viene de La Plata, no viene de entender la idiosincrasia de un territorio que está donde es muy fuerte las Reducciones Jesuíticas, ese mundo que le da una impronta al territorio y que está muy poco estudiado.

Creo que eso también favorece un poco este escenario triste que nos toca.

La educación y la iglesia han dejado secuelas en el movimiento obrero.  Me extraña mucho cómo la iglesia, de tener un Obispo ejemplo como era Piña nos mandaron todos estos tipos del Opus Dei, que están preocupados por el mundo material, incluso hay algunos que están dando misa de espaldas, todo un concepto preconciliar de la iglesia… es preocupante eso porque la iglesia sigue siendo un lugar también de mucha sabiduría popular.

Ellos siempre meten una cosa que es fundamental: la escuela tiene que alfabetizar muchísimo hoy en vencer el miedo, ¿no? y en eso Piña invitaba a vencer el miedo. Ahora hay una iglesia muy preconciliar, que un poco muy castigadora, digamos… que cualquier cosa te vas a ir al infierno. O sea, el miedo como regulador de muchas cosas y no te digo el miedo ese que todos lo tenemos por la vicisitud de la vida, sino hay una pedagogía del miedo y la escuela pública insiste, refuerza, esa pedagogía.

La escuela no puede ser un lugar de miedo, es un lugar de construcción, entonces la solidaridad, el bien común. Yo estoy un poco pichado porque la escuela donde yo fui era la escuela que reforzaba la propiedad privada y no se repensó hasta hoy: va un niño a la escuela ¿y la maestra qué te pide? El cuaderno único, vos tenés que tener un cuaderno único, tu lápiz, tu cartuchera, la propiedad privada. La alfabetización de la propiedad privada es brutal en la escuela pública. Esa escuela pública si no discute la propiedad privada, que no se queje del sujeto que construye. Entonces vos querés que ese tipo que pasó 12 años metiéndole la propiedad privada acá, después construya cooperativa, después construya lazos de solidaridad, herramientas comunes…

Otra cosa que es muy vergonzosa para mí y que lesiona mucho:  Mire lo que hacen con la comunidad indígena. La comunidad indígena no tiene una idea de la teoría del valor, y la escuela pública mete la teoría del valor:  ‘esto vale tanto…’

Creo que eso lesiona muchísimo el campo popular.

El docente cree que con la con la educación tiene ascenso social y que ese ascenso social lo aleja del trabajador. Esta es la estupidez más grande que yo vi. Creen que el mundo material lo aleja de su clase. Y en realidad lo que debe hacer es hacerlo mejor ciudadano.

Creo que cuando se habla del ascenso social, se habla de una mejor humanidad, no de la idea material. Tengo ascenso social si soy más solidario, si soy un tipo de compartir, de construir. El ascenso tiene que ver con yo como persona mejor ciudadano, no con yo con mayor capacidad material.

Entonces ese maestro cree que vivir en las en la ruralidad es vivir en la pobreza.

¿Dónde hay mayor riqueza hoy? En la ruralidad porque puede haber soberanía alimentaria. En la ciudad no hay soberanía alimentaria. Y eso lo demostró la pandemia, la peor jaula para un pobre es vivir en la ciudad. Ahora la escuela parece que no le importa eso. Por eso es interesante el modelo de la escuela de formación política que se pensaba porque tenía algo muy lindo que es que en esa escuela no certificamos individuo, certificamos organización. O sea, la otra mirada. La educación popular puede servir para alfabetizar o para organizar. Entonces vas a la escuela de formación como tarefero y sale como sindicato de tarefero, salimos como movimiento pedagógico los docentes, salimos como movimiento campesino, o sea esa escuela que construye ascenso social como colectivo.

Fuente: entrevista de Arnulfo Duarte a Rubén Ortiz, 22 de mayo de 2024, en Monte Carlo, Misiones, tomada del siguiente enlance: https://www.youtube.com/watch?v=DD_UsiC5Amk

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