Sin duda alguna, el reconocimiento de los derechos y la preexistencia del Pueblo Indígena Guaraní (*) y sus distintas parcialidades en el actual territorio demarcado del Estado misionero, será un hito muy importante en la historia social de nuestra provincia.
Es recomendable que el Gobierno yuruá de Misiones retome de manera urgente el proceso de la enmienda, no solo porque la Constitución Argentina ya reconoce esos derechos y la preexistencia, sino porque será la única manera de alcanzar la justicia territorial y la paz social que necesitamos todas y todos, las y los misioneros.
Hay números que son elocuentes. En el 2003 existían alrededor de 50 comunidades, y hoy son 140 aproximadamente, dispersas en un archipiélago de tekoa indígena en Misiones. Esto atenta contra lo que pudiese planificar el pueblo indígena y sus dirigentes para esas minúsculas porciones de propiedad comunitaria que les han quedado.
Dentro de esas minúsculas porciones, el pueblo guaraníes ha decidido sostener su vida comunitaria, para que sus usos y costumbres no sean alterados de manera tóxica por la sociedad envolvente, y que puedan, una vez consolidada la vida comunitaria, nutrirse de otras herramientas y otras oportunidades que el entorno ofrece, pero que exista una herramienta indiscutible como la Constitución provincial que garantice que todo esto pueda llevarse adelante con el respeto a su modo de ser y de vivir.
Somos todas, todos, argentinos, argentinas, pero es indiscutible que esa preexistencia otorga derechos que tienen que ser considerados y respetados.
Claudio Salvador, docente, periodista, escritor, referente territorial del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos e integrante del Frente Kaapuera.
4 de marzo de 2024, Puerto Iguazú, Misiones.
*Sobre la denuncia de 47 comunidades guaraníes de Misiones al Estado argentino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la demora en incorporar sus derechos y reconocer la preexistencia en la Constitución de la provincia de Misiones.